La gran parcela ocupada por las Bodegas Franco Españolas tiene que acabar por configurarse como una manzana pero no está muy claro cómo lo irá haciendo. Por el lateral con la manzana de las viviendas y la parroquia de San Antonio, parece estar claro la formación de una nueva calle aún sin nombre y por detrás ya está perfectamente urbanizada la calle Segundo Arce dejando dejando un pico de hierba y el otro para una torre aislada de baja más ocho alturas que irá haciendo fila con otras más al norte. Por el lado Este la calle Juan José Delhuyar conectará algún día con Cabo Noval y se acabará con la tradicional callejón de separación entre las Bodegas y los pabellones ya abandonados de Extrapiel.
fotografía de 1913
La historia de las Bodegas Franco Españolas puede seguirse en su web, redactada (ay) con el tradicional empalago de la publicidad comercial aunque sin referencia alguna a los arquitectos o ingenieros que la diseñaron y fueron creando las sucesivas ampliaciones que en dicha web de cuentan.
La gran historia de esta bodega de Logroño y su excepcional emplazamiento, justo enfrente del puente de Sagasta, hace muy duro pensar en su posible desaparición y reconversión en tejido residencial, pero todo es esperar a una nueva burbuja inmobiliaria. El planeamiento no parece haber pensado que semejante pieza urbana se perpetúe dignamente en el tejido de nuestra ciudad.