Para empezar, Logroño nunca deberá olvidar que la construcción del complejo hospitalario San Pedro justificó el derribo de un espléndido Hospital San Millán. Véase al respecto: Expedientes de Despilfarro (en Cascotes 58) o Salud y Arquitectura (en el LHD). O tampoco que el Hospital San Pedro se edificó sobre la estructura de un hospital algo más viejo, el antituberculoso, que había sido remodelado y ampliado tan solo diez años antes con un coste de 2.138 millones de pesetas.
En el archivo municipal no está el expediente administrativo del Hospital antituberculoso y en la red hay muy pocas fotografías del mismo.
La documentación de la reforma y ampliación efectuada entre 1991 y 1995 por la arquitecta Silvia Gámez Carrasco y José Ignacio Rodríguez Noriega de Madrid puede verse en PLR 2.
A nivel urbano aún se aprecia la importancia de la puerta principal y el tratamiento de los espacios de acceso.
La planta es algo más equívoca porque el doblado de la pastilla del viejo hospital solo se produjo en aquella inicial reforma a nivel de planta baja.
En PLR 2 puede verse también que entre 1992 y 1995, los mismos arquitectos Silvia Gámez Carrasco y José Ignacio Rodríguez Noriega realizan el cilíndrico edificio de instalaciones, presupuestado en 700 millones de pesetas. Y lo hacen como un volumen independiente con su acceso principal y un vial perimetral.
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La definitiva ampliación y reconversión en el Complejo Hospitalario San Pedro puede seguirse a través de la presentación del proyecto en los PLR 14 p50 y PLR 21 p 27, y del final de obra y puesta en funcionamiento en el PLR 37 p 39 y 136. Como en esa publicación le dan como número de policía urbana el de la calle Piqueras 98, suponemos que estará bien. El equipo de arquitectos de Madrid, que lo diseña y dirige es el formado por los siete arquitectos Pedro Casariego, Genaro Alas, José Manuel Baquerizo, Fernando Cruz, Carlos Petrement, Gádor de Carvajal y Juan Casariego. En la ficha técnica se informa que costó 147 millones de euros y que el director de obra fue Juan Casariego.
La primera anotación sobre la accesibilidad en tono sarcástico puede leerse en el Cascote 32, Perdido en San Pedro. Y unas primeras opiniones pueden leerse en El Inhospital San Pedro (LHD 19ab2007)
Sobre los espacios o los detalles decorativos pueden verse fotografías o breves comentarios sarcásticos a estas imágenes en Fella es La Rioja.